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Misión

El Colegio San Antonio Abad, localizado en la región oriental de Puerto Rico, es una escuela co-educacional católica, preparatoria, dirigida a jóvenes que cursan los grados de sexto a duodécimo.

Enmarcado en una milenaria tradición benedictina, promueve la formación integral de sus educandos, para producir ciudadanos con fuertes inquietudes intelectuales, éticas, espirituales y receptivos a la vida de la fe.  Para lograrlo, facilita experiencias educativas que aplican equilibradamente tanto enfoques tradicionales como modernos. Estas buscan proveer los conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para integrarse exitosamente en el mundo universitario. Además, están dirigidas a desarrollar ciudadanos con una alta sensibilidad social y ecológica para contribuir al bien común.

visión

El Colegio San Antonio Abad es un colegio católico preparatorio dentro de una milenaria tradición benedictina, que logra la formación integral en sus estudiantes y los capacita para ser personas conscientes de su identidad, ciudadanos útiles y honestos, agentes de paz y justicia.

Filosofía

Creemos firmemente que la base de la educación descansa en la filosofía cristiana de la vida, que nos enseña que “nuestro Dios es un ser personal y que toda persona humana es una obra de sus manos e imagen de su Hijo Jesucristo”. Por consiguiente, todo ser humano tiene una dignidad de origen divino que lo capacita con una gran variedad de dones y talentos, según los distribuye el Espíritu Santo.  Cada alumno deberá conservar esa dignidad y, a la vez, desarrollar esos dones y talentos y, además, compartirlos con los demás seres humanos.

Creemos que cada estudiante es capaz de fortalecer y desarrollar su personalidad, dando énfasis tanto a la excelencia intelectual, como a los valores morales y cristianos. Así, las clases y actividades del Colegio se organizan para ayudarle a descubrir y desarrollar sus cualidades morales, intelectuales, físicas y espirituales en armonía de manera que contribuyan a la sociedad  responsablemente y equilibradamente.

Creemos que los padres de familia son los primeros y principales educadores de sus hijos, función que difícilmente puede proveerse cuando éstos faltan. Que el hogar debe ser el primer lugar donde se aprende a conocer y a amar al Dios Trino y Uno, y donde se adquiere una experiencia saludable tanto de la sociedad como de la Iglesia.

Creemos, finalmente, que los maestros tienen una importancia primaria en la escuela católica, porque de ellos depende que ésta pueda realizar sus propósitos e iniciativas.